Hoy visitamos a Jaime García en la planta de Renault en Valladolid para tomar un café con él mientras nos cuenta en qué consiste su trabajo en una de las factorías más importantes de la marca francesa en el mundo. Abrió sus puertas en 1966 para la producción de motores.
Queremos conocerte más, ¿puedes presentarte y contarnos quién eres y a qué te dedicas?
Soy Jaime García Caro, soy operario de residuos peligrosos en la factoría de Renault en Valladolid y formo parte de la compañía desde hace 6 años.
¿Qué nos puedes decir sobre la factoría de Renault Valladolid?
La Fábrica de Renault de Valladolid es una de las industrias de motor más importantes de España. Un enorme complejo de varias factorías: Motores/ montaje/ direcciones centrales (oficinas)/ Carrocerías.
A lo largo de los 50 años que lleva la plana funcionando se han producido más de ocho millones de vehículos. Ente los modelos que han salido de aquí fue el primer R8 y le siguieron modelos como el R-5, R-7, R-12, R-18, R-9, R-4, R-11, R-19, Clio, Twingo, Modus y Twizy hasta llegar al Captur en su versión eléctrica.
Prezero se encarga de los puntos limpios implantados en las factorías donde se depositan los residuos que en ellas se generan y que son trasladados al punto de clasificación que la compañía tiene implantado en las instalaciones de Renault. Al año se recogen 12.000 toneladas de restos de cartón, plástico, maderas, palets y otros residuos. Se valoriza alrededor de un 40% y el 60% restante es destinado a valorización energética.
En PreZero apostamos por la innovación y la eficiencia, ¿qué mejoras aplicarías en tu puesto de trabajo?
Vamos de la mano del cliente, si les surge una necesidad nos la trasladan e intentamos implementarla para que todo funcione de manera eficiente. Desde mi puesto de trabajo observo que habría que segregar mejor, sobre todo absorbentes y textiles. Los residuos que nos llegan, a veces, están mezclados. Si hubiese una persona en origen que lo seleccionar llegaría el residuo correctamente y en mejores condiciones.
¿Cómo es tu día a día?
Mi función es más de organización y de tener las cosas claras. Gestionar residuos peligrosos en una factoría no es tarea sencilla. Me encargo de recepcionar los recipientes que llegan, ordenarlos en el espacio habilitado según la tipología del residuo y el día en el que se recogen. En una jornada laboral habitual voy recibiendo los recipientes, que pueden ser contenedores GRG (depósitos de 1.000 litros de capacidad) o bidones, y los reorganizo según los envases y tapones. Compruebo que estén bien cerrados, les etiqueto correctamente con el nombre del producto que corresponda y con la fecha de recogida para su clasificación y poder planificar su posterior retirada.
¿Tienes alguna anécdota que recuerdes con un especial cariño?
Ninguna destacable. Lo que sí te podría contar es más del tipo de residuos que me he ido encontrando, desde válvulas, tornillos, restos de comidas y envases, que nada tienen que ver con residuos peligrosos que es lo que gestiono.
¿Ha cambiado tu concienciación sobre el reciclaje desde que trabajas en PreZero?
La verdad es que no ha cambiado mucho porque ya reciclaba de antes. Aún queda mucho camino por recorrer, la sociedad no está del todo concienciada y solo tenemos un planeta.
Es tu turno, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Soy ciclista y me encantan las motos.
¿Un viaje que quieras hacer?
Si tuviera que decidirme por uno sería en verano con la moto a Cabo Norte, como los que he hecho a Francia y Mónaco.
¿Algo que se te dé especialmente bien?
En relacionarme con los compañeros/as.
¿Qué música te gusta?
Me gustan los grupos españoles de rock y se me atraganta el reguetón.
¿Qué consejo darías a los jóvenes que se incorporan a PreZero?
Que se impliquen en todo lo que hacen y que tengan paciencia en los inicios. Todos hemos pasado por ello, aunque algunas veces desesperemos, el trabajo bien hecho siempre trae recompensas.
Última pregunta, ¿qué significa para ti trabajar en PreZero?
Para mí, trabajar en PreZero lo es todo. Soy una persona comprometida con la compañía que me gusta hacer mi trabajo de manera impecable.