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26 AGOSTO, 2025
El Complejo Ambiental La Vega doblará su capacidad de gestión en cuatro años para mejorar el tratamiento de los residuos procedentes de las mancomunidades de La Vega y El Guadalquivir, donde residen más de 570.000 personas. Una ampliación sin precedentes que convertirá el centro, operado por PreZero, en uno de los más grandes y modernos de España, con soluciones tecnológicas de última generación para elevar las tasas de recuperación y valorización de residuos de uno de cada tres municipios sevillanos.
El proyecto, ya en la fase previa de ejecución, se llevará a cabo en dos fases hasta 2027, a lo largo de las cuales se prevé la ampliación y mejora de la capacidad de gestión de la actual Planta de Residuos Sólidos Urbanos y Envases Ligeros, por un lado, y la construcción de una nueva instalación para el tratamiento de residuos orgánicos municipales recogidos selectivamente en los 60 municipios de las mancomunidades, por otro.
La principal novedad del futuro complejo es la construcción de una nueva planta de Tratamiento de la Fracción Orgánica del Residuo Municipal de acuerdo con la ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular (LRSCEC). Hasta aquí se estima que llegarán al año alrededor de 30.000 toneladas de residuos recogidos en el cubo marrón, los cuales atravesarán por un proceso de cuatro fases antes de convertirse en compost de alta calidad: pretratamiento, descomposición, maduración y afino.
Para completar este cambio, las mancomunidades han apostado por la educación ambiental implementando campañas como "Por fín un buen marrón" que anima a los ciudadanos a utilizar el este contenedor.
En cuanto a la Planta de Residuos Sólidos Urbanos y Envases Ligeros, las actuaciones previstas se llevarán a cabo agrupadas según dos objetivos distintos. El primero de ellos es ampliar la capacidad de procesamiento de la instalación, para lo que se construirán nuevas líneas de alimentación y clasificación granulométrica, de apertura de bolsas y separación balística, así como un segundo puente grúa con pulpo electrohidráulico para facilitar la entrada del residuo. Del mismo modo, se prevé una remodelación de la línea de clasificación de la fracción 3D con nuevos separadores ópticos y la ampliación del foso y la nave de recepción.
En conjunto, gracias a todas estas iniciativas, la planta será capaz de gestionar 80 toneladas de residuo urbano cada hora frente a las 40 actuales y 8 toneladas de envases ligeros al mismo tiempo en lugar de 5.
El segundo objetivo es reducir el rechazo para mejorar la tasa de valorización, el cual pasa por la construcción de un nuevo módulo destinado a la recuperación de papel y cartón y plástico film. Para ello se instalarán dos separadores ópticos con los que procesar la fracción plana/ligera procedente de los separadores balísticos y un tercer separador óptico con capacidad para controlar la calidad del flujo de papel y cartón generado por los equipos anteriores. En cuanto al plástico film, un nuevo separador de tambor procesará el flujo no seleccionado anteriormente y, a continuación, un separador óptico procesará el material ligero seleccionado y recuperará el plástico film mezclado. De este último, gracias a la incorporación de un segundo separador óptico, se podrá extraer polietileno de baja densidad (PEBD) para su venta directa y poliolefinas para alimentar futuros procesos de pirólisis.
Estas medidas no sólo evitarán el vertido de más de 10.000 toneladas al año en el depósito controlado, sino que además permitirá aumentar casi un 150% las toneladas de material valorizable procedente del residuo urbano (de casi 9.000 toneladas a más de 18.500 toneladas).