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¡Bravo Europa!

14 FEB, 2023

Cómo se hace realidad la economía circular

 

La propuesta de la Comisión Europea de un nuevo reglamento sobre envases («Reglamento relativo a los envases y residuos de envases») es un paso importante en el camino de Europa hacia una economía circular sostenible. PreZero apoya el objetivo de la UE de que todos los envases sean reutilizables o reciclables de forma económicamente viable para 2030. Si seguimos esta hoja de ruta con coherencia, la Unión Europea se convertirá en un referente mundial en la reducción de residuos y la reutilización de materiales reciclables de un modo respetuoso con el medioambiente.

Producimos demasiados residuos. En todo el mundo, pero especialmente en Europa. Cambiar esta realidad con rapidez es la gran tarea de nuestra generación. Parece fácil a simple vista: debemos hacer todo lo posible por utilizar los materiales reciclables no sólo una vez, sino mantenerlos en circulación el mayor tiempo posible. Lo ideal sería incluso reciclarlos una y otra vez. Sin embargo, implantar el reciclaje de forma sistemática es una tarea ardua, desde el punto de vista tanto técnico como político.

Técnicamente, porque en la actualidad muchos de los envases utilizados en el comercio y la industria ni siquiera cumplen los requisitos para ser reutilizados. Por ejemplo, contienen materiales que no son reciclables o que no pueden separarse mecánicamente para empezar. Peor aún, tienen un diseño que incluso imposibilita un reciclaje razonable. Hay que cambiar ambas cosas. Para ello se necesitan normas europeas sobre la reciclabilidad de los envases a las que deberán adherirse en el futuro todos los productores y usuarios de envases de nuestro continente.

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Un paso importante para hacer realidad el Pacto Verde

 

Esto nos lleva al terreno político. Crear estas normas y conseguir el consenso sobre ellas entre los estados miembros es un proceso complejo. Un ejemplo: Las empresas especializadas en gestión de residuos que empleen tecnología punta no podrán clasificar los residuos razonablemente si no existen especificaciones uniformes al nivel de la Unión Europea sobre cómo deben recogerse, separarse y eliminarse los residuos (también por parte de los consumidores).

En nuestra opinión, la propuesta de modificación de la directiva de envases por parte de la Comisión Europea crea las condiciones adecuadas para eliminar los obstáculos técnicos y políticos y, al mismo tiempo, es un paso importante en la aplicación del llamado «Pacto Verde Europeo«, con el que pretendemos conseguir la neutralidad climática en Europa para 2050.

Una señal alentadora para la UE. A la hora de aplicar el Reglamento, podemos inspirarnos en ejemplos de buenas prácticas dentro de Europa y aprender unos de otros. En Alemania, por ejemplo, el «Zentrale Stelle Verpackungsregister» (ZSVR) ha creado unas normas muy buenas —ejemplares, a nuestro juicio— para medir el grado de reciclabilidad. Esas normas pueden servir de modelo en toda Europa y seguir desarrollándose continuamente.

 

Una señal clara para que se reciclen más plásticos

 

Sin embargo, para que el circuito funcione de verdad, además de ser reciclables, los nuevos envases también deben fabricarse con materiales procedentes del reciclado. Por eso apoyamos también otro importante proyecto del nuevo reglamento de la UE: porcentajes mínimos para el uso de plásticos reciclados en envases y productos. Sin embargo, primero se tienen que dar ciertas condiciones; la disponibilidad de suficiente material reciclado, la eliminación de los obstáculos legales para su uso en envases alimentarios así como para la construcción de nuevas plantas de reciclado, y el establecimiento de sistemas de recogida adecuados en todos los estados miembros, porque ésta es la única vía para reciclar materiales valiosos de forma respetuosa con el medio ambiente. Al mismo tiempo, creemos que es procedente e importante trasladar a los productores de envases la responsabilidad de organizar la recogida y el reciclado de los materiales reciclables de la forma más eficiente posible.

Por último, pero no por ello menos importante, consideramos muy positivo que el sector industrial y el comercio dispongan de directrices razonables, por ejemplo, sobre la separación de envases para los consumidores y la reducción de los envases, sin obviar la existencia de objetivos contradictorios, por ejemplo, cuando se trata de la protección incondicional de los alimentos o, en el caso de las reducciones de peso deseadas, el riesgo de mermar la reciclabilidad.

En PreZero, creemos que la nueva Directiva de Envases es una clara señal de que podemos hacer un buen uso de nuestro mercado interno y de nuestras diferentes competencias y experiencias en toda Europa para conseguir un mañana más limpio.

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