Los residuos deben verse, cada vez más, como un recurso. Para tener una idea más realista, debemos considerarlos como «nutrientes». Tal y como los nutrientes biológicos permiten sostener los ciclos renovables en la naturaleza, existen también los nutrientes técnicos.
De un modo perfecto y natural, un ser vivo que llega al final de su vida servirá de nutriente para otros seres vivos. Esta etapa no representa el final, sino el comienzo de un nuevo ciclo. Dicha interpretación, de que todo empieza pero no termina sino que vuelve a empezar, es la que nos aportan Michael Braungart y William McDonough en el aclamado libro Cradle to Cradle (C2C), inspirado en la naturaleza. Se trata de un manifiesto del pensamiento sostenible, aplicado también a los nutrientes técnicos.
Producto final listo para ser integrado en un nuevo ciclo de vida
Uno de los ejemplos más importantes de esta circularidad técnica es la del plástico, recurso que debe ser gestionado con una lógica circular de reutilización y revalorización continua, en la que cada paso del ciclo se convierte en un nuevo comienzo.
El pensamiento C2C también tiene en cuenta la eficiencia y la eficacia de esos ciclos. Por regla general, los ciclos más cortos de recuperación, como la reutilización o el uso compartido, consumen menos energía. En cambio, el reciclaje, aun consumiendo cantidades más importantes de energía, permite aplicaciones con una estimación de vida más larga y sostenible en el tiempo. Es el caso del reciclaje mecánico del plástico, que puede incluso permitir operaciones de upcycling, es decir, un uso del material más noble del que tuvo anteriormente.
Proceso de extrusión
Solo un grupo empresarial como PreZero —cuyas actividades abarcan desde la distribución minorista hasta la producción de bienes, la recogida, separación y reciclaje de residuos— puede adoptar este tipo de enfoque que permite incorporar tales nutrientes a circuitos circulares.
Por este motivo, la Unidad de Valorización de Plásticos de PreZero Portugal en Mortágua puede desempeñar un papel de especial relevancia en la gestión del plástico como recurso estratégico, en lo que se refiere a la sostenibilidad tanto medioambiental como económica, pues mantener el activo (plástico) en el grupo Schwarz permite una mejor gestión de la fluctuación de precios (relación oferta/demanda) a la que asistimos diariamente en el mercado de materias primas.
Rui Matos
PUBLICADA EL 30 DE SEPTIEMBRE DE 2022