29 ENE, 2025
Siete empleados de PreZero que se desplazaron a las zonas afectadas nos cuentan cómo vivieron esos difíciles momentos
El pasado 29 de octubre la Comunidad Valenciana fue escenario de una de las catástrofes naturales más devastadoras de los últimos años. Hoy, cien días después, nos sentamos con siete voluntarios de PreZero que se desplazaron hasta las zonas más afectadas para conocer su experiencia. Se trata de Víctor Sánchez, Olalla Rodil y Raúl Sánchez, que viajaron desde Madrid; José Manuel Bascón, procedente de Sevilla; José Antonio Manresa y Carlos López, de Murcia, y Miguel Ortiz de Almussafes (Valencia).
Víctor Sánchez, conductor en el Lote 1 de Madrid, fue uno de los primeros en llegar al municipio valenciano de La Torre. “Recibí el mensaje del delegado de UGT mientras veía las noticias. Le llamé y me embarqué en esa aventura. Estuve diez días junto a otros compañeros, convirtiéndonos en los primeros voluntarios de PreZero en llegar”. Olalla Rodil, peón de limpieza viaria en el mismo contrato, tomó el relevo de Víctor, mientras que Raúl Sánchez se sumó días después para apoyar en Massanassa, Alfafar y Catarroja.
Todos coinciden en que el impacto inicial fue desolador. “Parecía una guerra, pero sin bombas”, explica Víctor. Raúl, por su parte, destaca que cuando llegó “la ayuda estaba mejor organizada y la aceptación de la gente fue maravillosa”. El compromiso con las víctimas, en algunos casos, era incluso personal. “Mi mujer es de uno de los pueblos afectados y tengo una relación muy especial con Valencia y su gente”, explica José Manuel Bascón, jefe de taller en Sevilla.
La solidaridad como motor
Detrás de cada acción hay personas comprometidas. Olalla, Víctor, Raúl, Miguel, Carlos, José Manuel y Jose Antonio son solo una muestra de la gran solidaridad mostrada por los equipos de PreZero.
Ese esfuerzo ha sido devuelto multiplicado por dos por parte de la comunidad. Los siete coinciden en que los vecinos y vecinas de los municipios afectados les abrieron las puertas de sus casas para ofrecerles todo lo que tenían disponible y no les faltase de nada. José Manuel recuerda como “nos recibieron con aplausos y nos ayudaron en todo momento. Fue maravilloso”. “No quiero caer en un tópico, pero mentiría si no dijese que han sido nuestro motor día a día. La hospitalidad y generosidad con nosotros/as ha sido extrema, así como las muestras de gratitud”, destaca Carlos. “Me sigo emocionando a día de hoy. La respuesta de la comunidad fue conmovedora”, añade José Antonio.
Superando grandes desafíos
En estos cien días, el trabajo desarrollado por PreZero ha sido fundamental para que las zonas afectadas vuelvan a la normalidad. Sin embargo, en la memoria de nuestros voluntarios aún perduran algunos de los momentos más complicados que han vivido nunca. Para Raúl, lo más desafiante fue “entrar en los garajes porque el lodo superaba un metro de altura”. “En nuestro caso, la misión más compleja fue la descarga del camión bajo un aguacero y prácticamente sin luz, aunque también lo fue el operativo que se preparó en 24 horas”, explica José Manuel. Miguel Ortiz, operario de Almussafes en Valencia, recuerda como tuvieron que entrar en un canal a punto de desbordarse para desatascar el flujo de agua.
Mirando hacia el futuro
Los siete coinciden en que les gustaría volver y seguir ayudando. “Todavía queda mucho trabajo por hacer. Es importante que esta catástrofe no caiga en el olvido”. “Hemos hecho un buen trabajo, pero ha sido solo un pequeño granito de arena”. “Las historias que compartimos, las personas que conocimos y los momentos vividos quedarán grabados en nuestros corazones para siempre. Ha sido una de las mejores experiencias de nuestra vida”.
Cien días después, la Comunidad Valenciana sigue avanzando en su recuperación, y PreZero continúa siendo un actor clave en este proceso. Los aprendizajes obtenidos de esta experiencia nos impulsan a reforzar nuestro compromiso con las comunidades en las que operamos.