img-6501-1-1920x1280

'Hay que dar una segunda vida a los libros y permitir que otras personas los disfruten'

Con motivo del Día Internacional del LibroHugo Préstel, operario del contrato del servicio de recogida de residuos en Madrid, relata cómo es ser propietario de una librería histórica en Madrid, la ‘Librería Prestel‘ ubicada en la tradicional Cuesta de Moyano, en concreto, en la caseta 17. Hugo Préstel Méndez es hijo, nieto y biznieto de libreros, pero en su día a día compagina su actividad en el sector medioambiental con la gestión de una librería familiar que arrancó en los años 40.

 

¿Cuándo empezaste a trabajar en la librería?

 

Empecé a trabajar en mi librería en 1996, como herencia familiar tras el fallecimiento de mi madre. No obstante, la historia familiar se remonta muchísimos años antes, a principios del siglo XX, cuando mi bisabuela, Matilde, empezó a vender libros en una mesita en la calle Santa Isabel de Madrid, en el popular barrio de Lavapiés. Posteriormente, en la década de los 40, mi tío abuelo consiguió una caseta en la Cuesta de Moyano y pocos años más tarde también lo hizo mi abuelo materno. De ese germen surgieron hasta ocho librerías abiertas simultáneamente, todas ubicadas en Madrid, las Librerías Méndez.

 

¿Qué te motivó a seguir con la librería familiar?

 

El motivo es en gran medida sentimental porque en casa estuvimos toda la vida rodeados de libros y no podía abandonar este negocio. Los otros motivos tienen que ver con las emociones que me produce este trabajo, cuando abres la librería, te recibe un olor a papel. También, la ilusión de abrir una caja de libros comprados hace muchos años y descubrir ‘tesoros’ que un día guardaste; la alegría de encontrar el libro que un cliente te ha pedido y lleva años buscando … ¡son tantos los motivos!

 

¿Cómo es tu día a día?

 

Mi jornada comienza a las 7:00 am como conductor del servicio de recogida. Una vez termino mi jornada me acerco o bien directo a la librería, o voy al almacén para recoger los pedidos online para llevarlos a correos. Otras veces tengo que ir a buscar nuevos ejemplares de libros en bibliotecas personales. Normalmente suelo ir a una o dos casas a ver libros que pueden ser reutilizados. Por ejemplo, hoy he estado separando unos libros en una casa (me han interesado unos 500), mañana los recogeré y los llevaré al almacén.

 

¿Cuál es tú pronóstico respecto a la lectura en España?

 

Mi pronóstico es malo. El ocio y la información han cambiado en la sociedad actual. Si antes se veía a las personas leyendo por las calles o en el transporte público, ahora se les ve con móviles, tablets o escuchando música. Las enciclopedias han sido sustituidas por internet y las redes sociales, las cuales, además, han desbancado a los medios de comunicación entre la gente joven.

El libro físico como formato resistirá, pero se va a convertir en un artículo para minorías cuando no en un artículo de lujo, por lo que nuestro futuro depende de la especialización

 

¿Cómo podemos potenciar la economía circular a través de la lectura?

 

En mi caso, la sinergia es evidente: solo vendo libros usados. En el caso de que en un lote se encuentren libros con un escaso o cero recorridos comerciales, se puede llamar a una empresa encargada de recogerlas para llevarlas a un servicio en donde se recicla el papel y así el ciclo vuelve a empezar.

 

¿Qué tienen en común tu trabajo en PreZero y en la Librería?

 

A priori podría parecer que poco, pero en ambos trabajos formo parte del tejido municipal. En uno, como es la recogida de residuos, constituimos un servicio esencial de la ciudad: nuestra labor es fundamental, y, además, inspiramos mucha confianza a los ciudadanos con nuestra presencia. En el otro, como es la gestión de la librería, también somos un servicio esencial, en un ámbito más intelectual, sin duda, pero también necesario e indispensable en una ciudad con vida.

 

¿Qué libro le recomendarías a tus compañeros?

 

Considero que un libro es algo muy personal y para recomendar alguno, debería conocer primero a esa persona y sus gustos. Si tengo que elegir uno sería ‘Dune’ de Frank Herbert. Esta novela fue escrita en 1965, en donde ya se hablaba del cambio climático, de la clonación, de religiones integristas y de una raza que se encarga de fabricar las mercaderías del resto del imperio. Visto en perspectiva asusta el grado de acierto de su obra.

mi-proyecto-3-cropped